Como ya sabemos, los perros jadean con frecuencia, ya sea cuando están sobrecalentados, después del ejercicio o en un día caluroso. Esta reacción se denomina termorregulación, y es esencial para que los perros puedan enfriarse y eviten así que su cuerpo alcance altas temperaturas. Se trata de un mecanismo natural del perro que, además, facilita que el oxígeno llegue a la sangre. A no ser que se trate de un jadeo constante y crónico, en cuyo caso podríamos estar delante de un problema de salud, en la gran mayoría de los casos el hecho de que un perro jadee es perfectamente normal e incluso es señal de salud.
Sin embargo, es curioso pensar que si tu gato está jadeando, probablemente te preocuparás o, por lo menos, estarás más alerta. El jadeo se produce cuando el gato respira rápidamente y con la boca abierta, ya que normalmente su respiración no suele presentarse de esta manera.
De todas formas, el jadeo del gato no siempre es consecuencia de un problema de salud, sino que en algunas ocasiones puede llegar a ser una conducta normal. A continuación, exponemos una serie de situaciones en las que el hecho de que tu gato jadee no debe preocuparte, y otras en las que puede ser un indicador de que tu gato requiere atención veterinaria.
Situaciones en las que el gato jadea y no debes preocuparte:
- Esfuerzo físico: si tu gato realiza un esfuerzo físico excesivo, ya sea jugando o persiguiendo algún animalillo, puede ser que se le acelere la respiración. Esto puede suceder especialmente en casos de gatos jóvenes que son juguetones o se mueven mucho. En estos supuestos, el gato puede necesitar oxígeno extra, por lo que jadeará un rato hasta volver al ritmo de respiración habitual.
- En caso de que tu gato sea sometido a una situación de estrés, puede ser también que jadee puntualmente. Por ejemplo, si pasa miedo durante una situación determinada (por ejemplo, al cruzarse con otro animal), cuando tiene que subirse al coche o cuando le llevas al veterinario. Todo esto son ejemplos de situaciones en que el gato puede sufrir un episodio de estrés, que es normal y no debe alarmarte. Igualmente, puede que tu gato reaccione de esta manera ante los cambios de entorno. Esta sensación de estrés puede provocarle el jadeo a tu gato pero, como decíamos, debe ser puntual o, al menos, debe ser evidente que la causa es el estrés que le produce alguna situación en particular. Una pista para saber si el jadeo es normal es fijarte en si se trata de una respiración que poco a poco vuelve a la calma, de manera que se ha producido en un momento determinado y no se repite a no ser que vuelva a pasar por una situación que desencadene el jadeo.
- Otro de los supuestos en los que un gato puede acabar jadeando es si sale a la calle en situaciones en las que hace mucho calor. El jadeo cumpliría una de las funciones que cumple en el caso de los perros, que es el hecho de impedir que su cuerpo llegue a temperaturas demasiado altas. Así, el jadeo sirve también para que los gatos autorregulen su temperatura corporal y puedan enfriarse en situaciones en las que pasan mucho calor. Por este motivo, como los gatos sufren el calor, es mejor que en días muy calurosos el gato no salga de casa y que la temperatura interior sea agradable. De todas formas, hay que tener en cuenta también lo expuesto en el punto anterior: este jadeo no será signo de ninguna anomalía de la salud de tu gato siempre que sea puntual y que se termine cuando la temperatura corporal de tu gato baje. Otra cosa importante a tener en cuenta en días calurosos es que los gatos deben poder cobijarse bajo la sombra y tener acceso a agua fresca.
¿Cuándo debo preocuparme por el jadeo de mi gato?
Fuera de las situaciones expuestas más arriba, cuando un gato jadea de manera persistente y no sepas atribuir una causa específica a este jadeo, es recomendable que acudas al veterinario.
El jadeo que se caracteriza por ser constante en casos en los que el gato no está pasando calor ni está bajo ninguna de las situaciones que, bajo el sentido común, pueden acelerar la respiración de un gato, puede ser signo de diversas anomalías de salud. Entre ellas, un gato que jadea de esta manera puede estar sufriendo infección de las vías respiratorias superiores, insuficiencia cardíaca congestiva, dolor por una afección médica subyacente o una lesión, asma felina, derrame pleural, o hipertermia. Todas estas enfermedades requieren atención médica con urgencia, por lo que deberás llevar a tu gato al veterinario para que descarte anomalías o determine el estado de tu gato.
A continuación, describimos con más detalle alguna de estas anomalías:
1. Insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca suele estar causada, la mayoría de las veces, por una anomalía que se denomina miocardiopatía hipertrófica o CMH. Esta enfermedad puede ser frecuente entre los gatos y afecta más a los de edad avanzada. La CMH se da cuando el corazón del gato no puede bombear suficiente sangre hacia el resto del cuerpo y, como consecuencia, este fluido se acumula en los pulmones. Cuando esto sucede, las paredes y los ventrículos del corazón se hacen más gruesos y pueden llegar a un estado de hipertrofia. Además de la edad, la genética también es relevante ya que suele afectar en mayor proporción a las siguientes razas:
- Gatos persas
- Maine Coon
- Ragdoll
- British Shorthair o gato británico de pelo corto
- Gatos esfinge
- Gato cartujo
Un dato curioso e importante es que algunos gatos que sufren CMH aparentemente no muestran ningún síntoma de enfermedad. Sin embargo, otros gatos pueden presentar uno o alguno de los indicios clásicos de la CMH, como dificultad en la respiración, respiración demasiado rápida, o bien jadeo. El jadeo se da cuando el gato respira rápidamente y con la boca abierta. Este tipo de respiración se produce por la acumulación de líquido en o en de los pulmones.
La insuficiencia cardíaca también puede desencadenarse a consecuencia de una anomalía en la tiroides, en supuestos en que el gato sufra defectos congénitos, presión arterial alta u otras afecciones. Como ya es sabido, puede ser difícil darse cuenta de que un gato está sufriendo una enfermedad de este tipo, ya que no tosen ni presentan muchos de los indicios de insuficiencia cardíaca propios de las personas.
Los signos a los que se debe estar atento son el jadeo y la respiración con la boca abierta, pero también es importante fijarse en si el gato se muestra más perezoso o si presenta letargo o dificultad de movimientos. Además, también es un indicio el hecho de que el gato se canse excesivamente haciendo mínimos esfuerzos, como puede ser levantarse o cruzar una habitación a ritmo tranquilo. En supuestos en los que la enfermedad está más avanzada, pueden presentar signos de parálisis en las patas al formarse coágulos sanguíneos. Estas obstrucciones se producen con mayor frecuencia en las extremidades posteriores.
2. Asma felina
Uno de los síntomas que puede presentar un gato cuando sufre asma felina es el jadeo. Esta enfermedad suele darse en gatos con inflamación recurrente de las vías respiratorias y de los pulmones, y se denomina también bronquitis.
La bronquitis puede ser crónica o bien alérgica. Además de jadear, el gato que sufra asma felina puede tener ataques de asma, durante los que puede presentar una tos seca y grave. Estos episodios pueden reconocerse también por la postura del gato, ya que suelen inclinar los hombros y extender el cuello para intentar respirar por la boca. Además, los labios del gato pueden ponerse algo azules ya que en estos casos muy probablemente presentará dificultades para respirar, por lo que le puede faltar oxígeno.
El asma felina puede producirse cuando un gato se somete a situaciones estresantes, tales como encontrarse alrededor de mucho humo o estar en contacto o cerca de productos químicos domésticos. También puede ocurrir en algunos gatos con el polvo de la arena de gatos. Los gatos más propensos a sufrir esta anomalía son gatos que presentan obesidad, afecciones cardíacas o gatos con algún parásito, aunque puede afectar a cualquier gato de cualquier edad y raza.
3. Hipertermia.
Igual que en el caso de los perros y en el de muchos animales, la hipertermia puede producir también el jadeo de tu gato. La hipertermia se da cuando tu gato alcanza temperaturas corporales más altas de las habituales, por ejemplo, a consecuencia de una insolación. En estas situaciones, si tu gato se encuentra en un ambiente húmedo, muy cálido y poco ventilado, puede ser que empiece a jadear. Estos síntomas son un indicio de que el gato está sufriendo. El problema de estas anomalías es que, si no se actúa a tiempo, la insolación puede ir aumentando y traer grandes perjuicios para el gato, tanto a nivel de sus órganos internos como incluso daños cerebrales.
En estas situaciones lo que le ocurre al gato que la sufre es que su temperatura corporal aumenta con mayor rapidez que su capacidad para perder calor y auto enfriarse. Puede darse esta situación incluso si el gato ha permanecido en el exterior con mucho calor durante demasiado tiempo. En estos casos, si el gato empieza a jadear bruscamente, hay que llevarlo dentro a cubierto del sol y buscar atención veterinaria. La hipertermia puede traer consecuencias muy graves a los gatos, por lo que hay que actuar inmediatamente desde que uno se percata de la situación.
Lo que suele ocurrir es que no nos damos cuenta de lo dañino que es el exceso de sol y calor para los animales, especialmente los perros y los gatos. Éstos son extremadamente sensibles a este tipo de estados ambientales, aunque no nos lo parezca a primera vista. La costumbre de dejar al perro o el gato dentro del coche en un día de pleno verano pueden causarles graves daños y perjudicar su salud enormemente, por lo que debe buscar otra manera de guardar a su gato o perro durante ese tiempo.
Hay que tener en cuenta que en estas situaciones el gato no tiene suficiente oxígeno ni ventilación, y que además no pueden escapar porque se encuentran encerrados en el vehículo. Esto conlleva un riesgo muy alto de perjuicios graves a la salud del gato. La temperatura que puede alcanzar un coche bajo el sol es de más de 40 grados, por lo que hay que estar bien sensibilizados y evitar estas situaciones dañinas.
Conclusiones sobre el jadeo en los gatos
En la mayoría de las situaciones, cuando un gato jadea es recomendable mantenerse alerta y vigilarlo durante las siguientes horas. El jadeo puede ser un indicio de que tu gato está sufriendo.
Teniendo en cuenta lo expuesto más arriba, el jadeo de los gatos puede ser señal de que algo va mal o bien un reflejo natural de su cuerpo. Lo que se recomienda es tener sentido común y dedicar un tiempo a observar a tu gato y pensar si hay una causa muy evidente del jadeo. Como hemos explicado más arriba, algunas de estas causas pueden ser el esfuerzo, la excitación, el estrés, haber permanecido en un ambiente demasiado caluroso, etc.
La conclusión es la siguiente: si sorprendes a tu gato jadeando sin razón aparente, por ejemplo, por esfuerzo, estrés, excitación o una exposición extremadamente breve al calor exterior, consulta con tu veterinario lo antes posible. Los gatos tienen innumerables problemas médicos potenciales en todas las etapas de la vida y, en todos los casos, el diagnóstico precoz de una afección en la que el jadeo es una señal de advertencia es fundamental para el éxito del tratamiento y la recuperación.
Fuentes: