Mi gato tiene muchas legañas. ¿Es normal?

Las razones por las que un gato tiene los ojos llenos de legañas pueden ser muy diversas. Puede suceder desde que el gato se despierte con una pocas como nos puede ocurrir a nosotros los humanos o que se deba incluso a una enfermedad, aunque para tranquilizarte, conviene que sepas antes de nada que la mayoría no representa un gran problema para el animal, a pesar de lo aparatosas que puedan llegar a ser en algunos casos.

Es importante aclarar que no es normal que un gato tenga legañas, pero sí es común debido a que las enfermedades que las producen son variadas y en la mayoría de casos muy contagiosas. La buena noticia es que los síntomas son tan evidentes que, si estamos atentos, podemos detectarlas pronto y aplicar el tratamiento correspondiente, que por lo general no es complicado.

Primer paso: Identificar el tipo de legaña

Antes de nada, y para poder determinar si las legañas tienen relación o no con alguna enfermedad, vamos a empezar por clasificarlas según su aspecto y características. Esta primera fase nos permitirá tener una idea aproximada de lo que puede ocurrir, aunque en cualquiera caso, es recomendable acudir al veterinario para que pueda determinar la causa de la generación de legañas y aplicar el tratamiento más adecuado:

Costras negras

Es la más común de todas. Por lo general son causadas por parásitos, por esta razón, aunque las limpies a diario, si no desparasitas al animal, nunca te desharás de ellas. Cabe destacar que debes liberar al gato de parásitos no solo internos sino también externos.

Verdes o amarillas

Si las legañas parecen pus, lo más seguro es que se trate de una conjuntivitis.

Para solucionar el problema, limpia los ojos del gato con suero fisiológico. Posteriormente deberá aplicarse antibiótico para detener la infección.

Rojas o sanguinolentas

Estas suelen ser las más graves de todas. Si tu felino presenta legañas con restos de sangre, llévalo al veterinario de inmediato para una revisión exhaustiva. Trata de limpiarle los ojos con una gasa y suero fisiológico.

Segundo paso: Determinar la existencia de posibles enfermedades

Aunque generalmente las legañas no son síntoma de enfermedades graves, cabe la posibilidad de que alguna sea la causante y que a su vez se manifieste con otros síntomas que conviene detectar a tiempo para poder identificar la causa cuanto antes:

Rinotraqueítis: Viene acompañada de una intensa mucosidad e incluso anorexia y episodios de fiebre.

Rinitis: Incesante goteo nasal y secreción ocular, además de muchos estornudos.

Resfriado: La congestión nasal, ocular, fiebre, pérdida del apetito y dificultad para respirar, son indicios claros de resfriado.

Conjuntivitis: Se trata de una inflamación de la membrana que recubre el ojo y el interior de los párpados. Se considera una enfermedad secundaria por lo que es recomendable acudir al veterinario para que verifique si hay algún mal mayor al que atender. Suele afectar en mayor medida a los cachorros y a los gatos callejeros. La conjuntivitis tiene un buen pronóstico si se atiende a tiempo. Antibióticos de uso tópico y buenos hábitos de higiene forman parte del tratamiento recomendado.

Gripe felina: Entre las causas de la gripe están el herpesvirus felino y el calicivirus. El herpesvirus felino tipo 1 (FHV-1) provoca conjuntivitis, sinusitis, estornudos constantes y goteo nasal. Generalmente es transmitido entre hermanos de una misma camada o a través de la madre, que incluso podría transmitírselo durante el embarazo. Los gatitos que nacen con herpesvirus vienen al mundo con el globo ocular dañado, lo que da cuenta de la gravedad de esta enfermedad.

Los síntomas del herpesvirus son: inflamación de los párpados y de la córnea, úlceras, ceguera parcial y manchas oscuras en los ojos. En el caso del calicivirus, puede afectar solo a los ojos o acompañar los síntomas con un cuadro respiratorio agudo. Hay un detalle importante a tener en cuenta, y es que una vez que el gato ha adquirido la enfermedad, ésta puede surgir una y otra vez de manera intermitente a lo largo del tiempo. Ahí radica la importancia de la vacunación a tiempo.

Clamidiosis felina: Es una infección secundaria, como consecuencia de una infección vírica. Los ojos del gato se hinchan, secretan pus y moco, además de mostrar inflamación de la conjuntiva. El tratamiento es bastante fácil de aplicar. Solo basta con colirios y antibióticos para notar la mejoría en pocos días.

Otros aspectos a tener en cuenta: La raza del gato

Algunas razas de felinos son más propensas a sufrir de enfermedades oculares. Aquellos braquicéfalos (o de cabezas chatas como los persas) tienen conductos naso-lagrimales de menor tamaño que se obstruyen más fácilmente, ya que la lágrima se queda pegada en el exterior, formando costras y legañas.

En estos casos, debes llevar un mayor cuidado y tener una rutina diaria para que no se obstruyan o se resequen los ojos. Seguramente tu veterinario te recetará el uso de lágrimas artificiales para prevenir este problema, y limpiar con una gasa y suero cualquier acumulación de suciedad de forma preventiva.

Remedios caseros contra las legañas en gatos

La manzanilla o el té negro pueden funcionar como un antiséptico y desinflamatorio natural. Tan solo con humedecer una gasa en una de estas infusiones y pasarla por los ojos del animal será suficiente. Si la infusión está tibia, mejor, porque aliviará un poco el dolor o escozor que pueda estar sufriendo el animal.

Consejos finales:

  • Si un solo ojo es el afectado, es posible que el gato se haya podido hacer daño. La respuesta la tendrá el médico, por eso debes llevarlo a un chequeo urgente.
  • Si además de legañas tiene los ojos inflamados, seguramente estamos ante un proceso de alergia, al igual que si posee mocos o goteo nasal, aunque es fácil confundirlo con las enfermedades que hemos comentado anteriormente. Por ello es necesario una exploración exhaustiva por parte de un especialista que nos permita ir descartando opciones.
  • Si el gato solamente muestra presencia de legañas sin ningún otro síntoma que lo acompañe, puedes limitarte a limpiarlos utilizando suero fisiológico y una gasa y observar su evolución durante las próximas horas o días. Es probable que no sea nada grave.
  • Cabe destacar que limpiar los ojos a un gato no es una labor sencilla, de hecho, puedes recibir algún que otro arañazo durante el proceso. La cara es una zona que les gusta controlar, y no se sienten cómodos cuando les andamos tocando los ojos o la nariz. Además, son zonas sensibles para ellos, y debemos de ir con cuidado para no hacerles daño. Ten paciencia y trata de conseguir ayuda para que se te haga más fácil el proceso y no se escape o pueda autolesionarse debido a los nervios.
  • Si las legañas son recurrentes, llévalo al veterinario para una revisión general.
  • A pesar de que los ungüentos y tratamientos tópicos como el Aciclovir y Famciclovir sirven, nunca los uses sin la prescripción y supervisión del veterinario
  • Mantén al día el esquema de vacunación de tu gato, y asegúrate de incluir la vacuna contra el herpesvirus.

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