Los gatos son animales muy independientes. Sin embargo, no hay que confundir su actitud aparentemente poco cariñosa con desapego ya que son muy territoriales y, sobre todo, celosos.
A pesar de este carácter, los gatos pueden llegar a convivir felizmente con otras mascotas. El mito de que los perros y los gatos se odian no es para nada cierto: ambos pueden vivir en la misma casa e incluso compartir espacios y juguetes sin problemas, siempre que se haya trabajado un poco la convivencia.
Pero, ¿qué sucede cuando se trata de otro animal doméstico, por ejemplo, un conejo? ¿Pueden convivir sanamente? ¿El conejo corre el riesgo de morir si se encuentran? Todas estas preguntas son muy válidas. Si deseas saber la respuesta, lee lo que hemos preparado a continuación.
Gatos y conejos juntos: ¿es posible?
La respuesta es SÍ, pueden ser los mejores compañeros, a pesar de que el gato instintivamente querrá cazar al conejo (sobre todo si es de una raza pequeña). Veamos cómo puedes lograrlo con estos simples consejos.
La clave está en presentarlos de manera correcta. No necesariamente deben ser recién nacidos para que se lleven bien, pero mientras más pronto se dé el encuentro más rápido se logrará la aceptación.
Cuando ambos son cachorros, el instinto de caza no está tan desarrollado y es más fácil que se vean como compañeros. Además, los gatos tienden a atacar a cualquier animal más pequeño y evitar a los que son más grandes. Si tienes un gato adulto en casa, trata de que la raza del conejo sea grande, como por ejemplo el Gigante Flamenco o Lop Francés, así el gato se sentirá intimidado y no intentará ir contra él.
Los gatos hasta los 3 meses pasan por el período de socialización, en el que deben adaptarse tanto a los humanos como a otras especies. Si el encuentro se da en ese lapso, los resultados serán más satisfactorios y mucho más rápidos.
Otro detalle a tener en cuenta es que el proceso debe ser paulatino. No puedes colocar a ambos en una jaula y pretender que sea amor a primera vista, recordemos que el conejo es una presa natural del gato, así que la idea es tratar de «dormir» ese instinto en el felino.
¿Cómo debería ser la «primera cita» entre un gato y un conejo?
Lo primero que debemos saber es que el conejo es el más vulnerable en esa relación y nuestra prioridad debe ser su seguridad. Ya sea el gato el primero en la casa o el visitante, ambos deben estar cómodos y haberse adaptado ya al nuevo espacio antes de conocerse.
Tanto los gatos como los conejos son animales sensibles que se estresan fácilmente. Llegar a un espacio nuevo y tener que acostumbrarse a unos dueños nuevos, no es cosa fácil para ellos y ambos pueden enfermarse si la adaptación se les hace cuesta arriba.
Para evitar que la vida del conejo corra riesgo, es mejor presentárselo al gato desde una jaula, de esta manera el felino podrá explorarlo sin hacerle daño. Entre las previsiones están verificar que los barrotes de la jaula sean lo suficientemente fuertes y ajustados como para proteger al conejo de las garras del felino.
Por otro lado, si el conejo ya ha estado en casa y es mayor que el gato que recién llega, también puede ser que el conejo intente atacar al felino ya que, aunque parezca una adorable bola de pelos, la naturaleza de los conejos es jerárquica, por lo que querrá imponerse sobre el cachorro.
Cuando hayan pasado unas cuantas semanas así y notes que no hay tensión entre ambos, ya puedes presentarlos formalmente.
Un truco para la «primera cita» es llevar un rociador. Una pequeña botella de spray con agua será suficiente para alejar al gato si se pone violento.
Al presentarlos, déjalos solos, pero mantente lo suficientemente cerca como para actuar en caso de emergencia. No intervengas a menos de que sea necesario.
Paciencia y precaución son las claves para lograr que estos dos animales sean los mejores amigos.
¿Cómo convivir con un gato y un conejo en la misma casa?
Una vez hemos logrado que el gato y el conejo sean amigos, ¿cómo se debe dar el día a día de ambos con su familia humana?
La clave está en atenderlos al mismo tiempo. Si le das golosinas al gato, también hazlo con el conejo, si juegas con uno, haz lo mismo con el otro. Así no crearás divisiones y celos entre ambos.
Además, como para los gatos el olor es tan importante, si mezclas los olores de ambos al acariciarlos a la par, podrás lograr que el gato sienta al conejo como a alguien de «su familia».
¿Cómo evitar que el gato ataque al conejo?
Una vez superado el proceso de socialización y aceptación, el riesgo de que el gato intente cazar al conejo es muy bajo. Sin embargo, no está de más tomar precauciones ante un posible despertar del instinto felino.
Siempre que salgas de casa, deja al conejo en su jaula, nunca suelto. No olvidemos que los gatos son carnívoros y depredadores natos así que es mejor no tentarlos.
¿Qué hacer si mi gato ataca al conejo?
Si a pesar de tomar todas las precauciones, en un descuido el gato atacó al conejo, debes saber cómo actuar. Fíjate en estos consejos:
- No manipules al conejo por las orejas o el cogote. Trata de alzarlo por completo.
- Revisa que ambos lados de la nariz y bigotes estén iguales, sin hinchazón ni cortes
- Cerciórate de que no tenga dientes rotos ni le sangren las encías
- Llama al veterinario lo más rápido que puedas
- Verifica que no esté sangrando
- Observa si respira más rápido de lo normal
- No trates de curar la lesión por tu cuenta, limítate a limpiar las heridas superficiales con agua y un jabón antiséptico.
- En el caso de que debas contener una hemorragia, aplica presión con una toalla limpia y llévalo rápido a urgencias.
- No intentes entablillar un hueso roto, deja que el veterinario se encargue de eso.
- Mantén al conejo lo más cómodo y seguro durante el traslado al consultorio. Envuélvelo en una toalla y mételo en la jaula.
- Si el clima está muy frío fuera de casa, coloca una botella con agua caliente envuelta en una toalla dentro de la jaula para mantener la temperatura alta
- De ser posible, trasládalo en una caja para que no se estrese en el camino. Aunque parezca extraño, los conejos pueden morir a causa de una subida de presión arterial.
- Si a pesar de no tener heridas visibles, hinchazón, sangrado o huesos rotos, el conejo está echado, con los ojos entreabiertos y no puede caminar, consulta con tu veterinario a lo antes posible.