Los gatos son conocidos por ser temperamentales y muy territoriales, por eso, muchas personas que los tienen como mascotas temen darle un compañero.
Sin embargo, no todo es como parece. La naturaleza es muy sabia y se ha comprobado que los gatos son capaces de llevar una sana convivencia con cualquier otro animal. Solo necesitas paciencia y algún que otro truco para hacer que aparezca la magia.
¿Te parece un sueño?, pues aquí te mostramos cómo hacer para que tu gato acepte a otro gato de una manera sencilla y sin traumas.
Presenta al nuevo integrante
Para poder hacer que tu mascota acepte a un nuevo gato en el hogar, debes “presentárselo”. La idea es que lo conozca y, paulatinamente, acepte su presencia.
Hay que tener en cuenta que el proceso debe ser gradual y que seguramente será largo, así que lo mejor es que te armes de paciencia.
Lo primero que debes hacer es ponerte en el lugar del gato de la casa. Él se siente dueño de su territorio y no entiende cómo de repente hay un usurpador que quiere quitarle su comida y robarle tu atención.
Por otro lado, está el nuevo miembro. Él sabe que hay alguien más en el territorio y que seguramente recibirá un ataque por haberlo invadido. Lógicamente está temeroso y su instinto le dirá que debe escapar.
Debemos tener paciencia y comprender el comportamiento de los dos felinos.
Conociendo a un cachorro
Por lo general, los gatos adultos aceptan con beneplácito a los gatos jóvenes, no así a los que son de su misma edad o a los muy ancianos.
Los primeros días deberás tenerlos separados y dejar que ambos se reconozcan a través del olor. Intercambiar la ropa de cama o las cajas de arena puede ser buena idea.
También puedes restregar toallas por el cuerpo de uno y dárselo al otro para que se acostumbre al olor.
Puede que alguno de los gatos no se sienta del todo cómodo, si es así, ofrécele una golosina como premio, de esta manera irá bajando los niveles de ansiedad y empezará a asociar el olor con una experiencia positiva.
Conociendo a un gato adulto
Si alguno de los gatos no está castrado, la situación se puede tornar un poco tensa debido a que el que no está castrado querrá dominar el territorio sobre el otro que sí lo está.
Al principio mantenlos separados. El nuevo miembro deberá estar en una habitación sólo para él con la intención de que se vaya adaptando al hogar. Coloca ahí todo lo que necesite como agua, cama y comida. La idea es que se sienta cómodo. Recuerda que para el recién llegado es difícil acostumbrarse a una nueva familia.
Puedes colocar comida cerca de la puerta de la habitación para que el gato que está libre se acerque y huela al gato que está encerrado. Con el tiempo, asociará el olor con comida.
Puedes rociar feromonas sintéticas en los espacios de cada uno para que se sientan relajados. Una vez que notes que ambos están cómodos con la presencia del otro, deja que se acerquen, siempre manteniéndote atento al comportamiento.
Si todavía crees que es muy pronto para que se unan, deja que uno explore al otro a través de una malla o reja. Puede que al principio intenten atacarse, maúllen o se ericen, es normal. Debes repetir el procedimiento varias veces hasta que reaccionen de manera positiva ante el encuentro.
Por lo general, el periodo de adaptación dura unas dos semanas, pero cada animal se comporta de un modo diferente. Recuerda que con los gatos hay que tener paciencia para todo, con ellos nada es forzado ni rápido.
Cuestión de compatibilidad
Al momento de elegir al nuevo compañero de nuestra mascota, debemos pensar en la compatibilidad. La afinidad entre ellos es lo más importante para que el proceso de adaptación se transcurra lo mejor posible.
Por ejemplo, su nuestro gato es anciano, un cachorro será una verdadera molestia y podría convertirse en una fuente de estrés que puede, incluso, desencadenar enfermedades.
Por otro lado, si el nuevo miembro ha vivido siempre en la calle y no ha tenido una correcta socialización, será más difícil que se adapte o que no agreda a su compañero.
Actitudes predecibles
El comportamiento gatuno ante la llegada de un nuevo miembro a la familia puede ser totalmente predecible.
Aquí te mostramos una pequeña lista de lo que pudiera pasar durante los primeros encuentros:
- Que uno o ambos se bufen. Es normal que se gruñan para demostrar su inconformidad.
- Se dan golpes con las patas
- El gato del hogar impide el acceso a los alimentos o al arenero al nuevo integrante.
- El lenguaje corporal es claro: orejas plegadas, cola elevada, cuerpo encorvado, siseos y pupilas dilatadas. Todas estas señales son indicios de que ocurrirá un ataque.
Consejos útiles
- No propicies el encuentro a la fuerza. No es aconsejable obligar a un gato a estar con otros.
- Cuando traigas al nuevo integrante, no lo dejes solo ni permitas que se mueva a sus anchas por toda la casa. De ser así, seguro que se terminarán liando.
- Mientras ocurre el proceso de adaptación, ofréceles un espacio a dónde escapar cuando no estén cómodos. También puedes colocar rascadores o trepadores donde cada uno pueda acudir para sentirse a salvo.
- Si ya ha pasado un tiempo y no has logrado que los gatos se adapten, pide ayuda a un etólogo gatuno para que te oriente.
- La seguridad es lo más importante durante el proceso de adaptación para que ninguno de los gatos salga herido.
- No tengas preferencia por ninguno. Dales atención y mimos a ambos por igual.
- Si no están castrados, no dudes en hacerlo lo antes posible. Ello hará que los niveles de agresividad disminuyan, así como los intentos de escape y el marcaje de territorio.
- En algunos casos puede ser que la mascota de la casa no muestre signos de agresividad en contra del recién llegado, y que por el contrario, desarrolle un cuadro de estrés que llegue a pasar desapercibido.
- Debes estar atento a todas las señales. Si notas que se acicala demasiado (hasta tal punto de perder pelo), pierde el apetito o se esconde más de lo habitual, definitivamente le está afectando la llegada del nuevo miembro más de la cuenta.
- Evita el uso del castigo para que un gato no asocie la presencia del otro con algo negativo.
- Sabrás que ya se han aceptado cuando empiecen a acicalarse juntos y hasta duerman uno encima del otro. A partir de ese momento, serán inseparables 🙂