¿Cómo bañar a un gato adulto?

A pesar de que no es muy recomendable, puede ser que necesites darle un baño a tu gato. En cualquier caso, tampoco les va mal un buen baño de vez en cuando. 

Los gatos suelen acicalarse varias veces al día. De esta manera, ellos mismos se asean. De todas formas, si te toca la dura tarea de darle una ducha a tu mascota, aquí te damos una serie de trucos para que no resulte una mala experiencia ni para ti ni para tu felino, sobre todo si es la primera vez. 

¿Es malo bañar al gato? 

Si la pregunta va dirigida hacia el daño físico que pudiera sufrir un gato, la respuesta es no: una ducha no debería causar ningún inconveniente en el organismo de ningún felino. De hecho, aunque a la mayoría no les gusta, algunas razas encuentran el baño relajante y divertido. 

La gran pregunta sería: ¿Es necesario bañar a un gato? La respuesta es: Depende. Un baño no debería suponer ningún problema siempre que se haga de manera esporádica, que tu gato haya cumplido los 3 meses de vida, que se le hayan puesto ya las vacunas necesarias y que se cumplan ciertas condiciones que exponemos a continuación. 

¿Cuándo debo bañar a mi gato? 

Hay una serie de situaciones que requieren una buena ducha, como por ejemplo: 

  • Tu gato tiene pulgas y necesitas aplicarle un champú especial. 
  • Tu gato tiene restos de pintura, grasa o cualquier otra sustancia que no puede eliminar de su cuerpo lamiéndolo 
  • Tu gato tiene alguna enfermedad dermatológica 
  • Cuando hace mucho calor. 
  • Si tu gato ha sido adoptado recientemente y necesita limpiarse bien. 

¿Cómo bañar a un gato adulto? 

Si quieres que la experiencia no sea traumática, tanto para ti como para tu gato, sigue esta serie de pasos a la hora de darle un baño: 

  1. Antes que nada, asegúrate de cortarle las uñas para evitar que te haga daño durante el proceso. 
  2. Cepilla su pelo en seco para desatar los nudos y hacer que se relaje. 
  3. El animal debe estar tranquilo. Recuerda que los gatos se estresan fácilmente. Escoge una hora del día que sepas que tu gato va a estar relajado, como por ejemplo, después de comer. 
  4. Busca un ayudante, bañar al gato entre dos será mejor. 
  5. Mantén la calma y procura que el ambiente también esté tranquilo. 
  6. Asegúrate de que el gato quepa en el balde que hayas elegido para bañarlo. 
  7. Comprueba que el agua no esté fría. Si está tibia, mucho mejor. 
  8. Ten a la mano la toalla, el champú y el cepillo. 
  9. No le mojes la cabeza, cara u orejas. Empieza mojándole solo las patas. Luego vete añadiendo agua poco a poco al resto de zonas hasta que hayas completado el cuerpo entero. 
  10. Pídele a tu compañero que distraiga al animal mientras tú lo bañas. 
  11. Empieza lavando el cuello, luego ve hacia el lomo y finalmente a la cola, siempre en dirección del crecimiento del pelo. Aplica movimientos de masaje. 
  12. No le bañes en invierno, a menos que lo hagas en una habitación cerrada y con calefacción. 

Técnicas para un baño rápido 

Si tu gato es de los que no les gusta el agua pero realmente necesita un baño, haz que el baño sea una sesión rápida. Aquí te mostramos cómo hacerlo: 

  1. Llena tres baldes de agua. Una con agua jabonosa y dos con agua limpia, lo suficientemente grandes como para poder sumergir al gato. Recuerda que el agua debe estar tibia. 
  2. Introduce al gato en la cubeta con el agua jabonosa y frótalo rápidamente. 
  3. Pasa al gato al segundo cubo, esta vez con agua limpia para sacarle el champú. 
  4. Introduce al animal en el tercer cubo para eliminar cualquier exceso de jabón que haya quedado. 
  5. Limpia el rostro y orejas con un paño húmedo. No sumerjas su cabeza en el agua. 
  6. Sécalo con una toalla. 
  7. Cepíllalo para eliminar nudos y el exceso de pelo.  
  8. Dale una golosina como premio al final. 

Medidas extremas 

Si definitivamente tu gato no se deja bañar, se pone nervioso, araña, muerde o escapa, considera estas opciones: 

Usa un atomizador 

Llena un rociador con agua jabonosa y espárcelo por el cuerpo del gato, evitando la cara. Masajea al gato por unos minutos para lograr que el jabón de impregne por todo el pelaje. Repite el proceso, pero esta vez con agua limpia. 

Baño en seco 

Gracias a la fama de los gatos de que no les gusta el baño, en el mercado existen productos con los que puedes asearlos sin una gota de agua. 

Estos deben ser de excelente calidad y especialmente diseñados para gatos ya que el gato se lamerá y, si el producto no es fiable, podría terminar intoxicando al felino. 

Si no tienes a la mano ninguno de estos productos especiales, puedes recurrir al almidón de maíz. Coloca un poco de polvo de almidón de maíz sobre tu gato y masajéale para que penetre bien en su pelaje. Déjalo un tiempo y luego cepíllalo para eliminar el exceso. 

Otros consejos útiles 

  • Baña a tu mascota con un champú especial para gatos, si es la primera vez que lo usas, dilúyelo en agua. 
  • Nunca uses champú para humanos ni para perros, ya que no solo les reseca la piel, sino que puede llegar a ser tóxico para él. Tampoco uses los que tengan fragancia o colorantes. Si no tienes champú para gatos, es mejor que uses solo agua. 
  • Coloca algunos juguetes dentro de la palangana sin agua y deja que el gato juegue dentro, así no sentirá rechazo cuando intentes meterlo. Existen juguetes especiales para las tinas que flotan. 
  • Mantén la puerta del baño cerrada para evitar que se escape. Asegúrate también de que la tapa del váter está bajada ya que, si intenta huir, puede caer dentro accidentalmente. 
  • Coloca varias toallas alrededor de la tina para que absorban el agua. Si es la primera vez que lo bañas, es muy posible que caiga agua fuera de las palanganas. 
  • Puedes colocar una rejilla en el fondo de la tina para que el gato se sujete. Si no tienes rejilla, una toalla de felpa también funcionará. La intención es que el gato pueda clavar sus uñas para que se sienta más seguro. 
  • Usa ropa cómoda y que te cubra los brazos y las piernas para que te proteja de arañazos. 
  • Un arnés te puede dar la seguridad de que no se escape. Sujétalo en uno de los tubos de agua para que no te estorbe. 
  • Coloca unas bolitas de algodón en sus oídos para evitar que le entre agua y recuerda retirarlas cuando termine el baño. 
  • Si el baño es antipulgas, coloca el champú primero en el cuello, así las pulgas no pasarán a la cabeza y caerán en el agua. 
  • Si vas a bañar al gato en el lavabo, verifica que no tenga triturador de basura o en su defecto, que esté apagado, ya que accidentalmente podría llegar a lastimarse con las cuchillas. 
  • No lo bañes más de una vez cada dos semanas. Usa el baño como un recurso en casos extremos ya que, de otro modo, puedes eliminar los aceites esenciales de su piel y dañar su pelaje. 

Ya lo bañé, ¿Ahora qué hago? 

Si ya lograste pasar la prueba del baño, te tocará hacer la segunda parte, tanto o más importante que la primera. Esta parte consiste en secarle el pelaje muy bien para evitar la aparición de hongos. 

  1. Coge una toalla y trata de absorver suavemente la mayor cantidad de agua posible del pelo de tu gato, haciendo movimientos tranquilos y con poca de presión para que no se ponga nervioso. 
  2. Cuando termines, coge una segunda toalla seca y envuelve a tu gato. Esta segunda toalla puede estar un poco caliente para que el animal se sienta cómodo. Si la colocas en la secadora unos minutos antes estará perfecta para él. 
  3. Mantenlo lejos de la corriente de aire. Es preferible que termine de secarse en el baño antes de dejarlo salir y si es época de invierno, ten especial cuidado de que no se enfríe en este paso. 
  4. Si no le tiene miedo al secador de pelo, puedes usarlo, siempre y cuando no sea en modo caliente. 
  5. Cuando esté completamente seco, vuelve a cepillarlo. 
  6. Dale una recompensa. Puede ser hierba, golosinas o su comida favorita. 
  7. Háblale con cariño y felicítalo por lo bien que se comportó. 

Con respecto a los métodos para asear a tu mascota, pregúntale a tu veterinario cuál es el mejor a utilizar según la raza de tu gato, la frecuencia con la que debes hacerlo y los productos que debes utilizar para no provocarle ningún daño.  

Si notas que tu gato no le gusta el baño, considera llevarlo a un centro profesional para que lo hagan por ti. 

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