Los gatos son conocidos por ser animales independientes y en muchos casos son catalogados de poco afectuosos.
Esa fama de indiferentes ha provocado que muchos humanos se alejen de ellos sin llegar a conocerlos. Pero hay mucho más detrás de esas mascotas peludas que seguramente no conoces y que aquí estamos dispuestos a mostrarte.
Si tienes un gato en casa, aprende a identificar las cosas que lo hacen feliz para que lo consientas como se merece.
7) Les encanta dormir
Al comienzo de la lista ya que es uno de los placeres a los que más tiempo le dedican los gatos.
¿Sabías que en promedio, un gato logra dormir entre 12 y 18 horas al día? ¡Vaya, que holgazanes los chiquillos!
Bueno, eso no es del todo cierto. No creas que tu gato duerme tanto por simple pereza, sino que es una actividad necesaria para su desarrollo. Si ves a tu gato descansando, no lo interrumpas o podrías generarle un episodio de estrés. Por mucho que te apetezca acariciarlo cuando le veas dormido, guarda las ganas para luego.
Para crear un vínculo más estrecho con él, puedes invitarlo a que se eche una siesta contigo de vez en cuando. ¡Le encantará estar en tu cama acurrucado!
6) Jugar y cazar
Pasar un rato entretenido no es problema para los gatos. Ellos se divierten casi con cualquier objeto brillante, que rebote o que ruede.
El instinto cazador de los felinos está bien desarrollado, incluso si siempre han sido criados en casa por humanos. Cazar es parte de su naturaleza y para ellos es tan divertido que sirve como juego, no siempre cazan por hambre.
Es por ello que, si no cazan, pueden llegar a estresarse fácilmente. Entonces es donde se mezclan las dos actividades y dónde debe intervenir el dueño: si tu gato no sale a cazar, deberás jugar con él para que ponga en práctica sus habilidades.
Puedes comprarle algunos juguetes en tiendas especializadas o hacerle tú mismo algunos objetos para que se divierta.
Por ejemplo, ata unas plumas en la punta de una vara, hazle animales de trapo que rueden por el suelo (que sean pequeños, del tamaño de un ratón o un pájaro y, si suenan, pues mucho mejor), puedes intentar rellenarlos con hierba gatera o golosinas para premiarlo.
Es buena idea esconderle la comida en un lugar donde tu gato la pueda ver pero que no la pueda coger fácilmente y así intente sacarla. De este modo estarás potenciando la curiosidad y su instinto de caza.
Un gato sano y feliz siempre estará dispuesto a jugar, sea con su dueño, otros animales o incluso solos.
5) Contemplar (normalmente por la ventana)
Un gato puede pasar un buen rato sin hacer nada más que ver el mundo exterior a través de la ventana.
A los gatos les encanta ver a las personas pasar, a los pájaros y a otros animales, es el equivalente a estar frente a la tele viendo tu serie favorita.
De hecho, si observas bien, puedes escucharlo hacer sonidos como ronroneos o maullidos mientras mira hacia afuera, lo que significa que se está tratando de comunicar con el exterior.
Si tu mascota no tiene acceso a la calle, ambienta un espacio cerca de la ventana para que pueda descansar con comodidad.
4) Los mimos
Las caricias son una parte importante del día a día de los gatos. De las 24 horas del día, casi 18 son para dormir, así que las 6 restantes son para disfrutar del resto de los placeres, y las caricias no pueden faltar en su rutina.
A pesar de su fama de ariscos, a los gatos les fascina que les masajeen el mentón, el cuello y, si tienen mucha confianza, es posible que te dejen llegar hasta la cola. Casi nunca permitirán que les toques la panza o las patas. Respeta esos límites y te adorarán.
Cuando tocas a un gato debes hacerlo con cierta técnica. No deben ser caricias ni muy bruscas ni muy delicadas y nunca a contrapelo. Deben ser algo similar a un rascado.
Las caricias tampoco pueden durar mucho tiempo. Las sesiones no deberían extenderse de los 10 minutos.
Aunque les gustan los mimos, no siempre están dispuestos a entrar en contacto así que, si no quieres recibir una mordida, no lo obligues a dejarse acariciar.
Aquí el detalle está en que, en realidad, los gatos sí que son afectuosos, solo que no permiten que alguien extraño se les acerque. Si eres de los que juguetea masajeando a su gato, ¡felicidades! Eso significa que tú gato te adora y te ha dado el permiso para estar cerca de él.
3) Arañar cosas
Arañar y rascar todas las superficies duras es un placer que los gatos se niegan a dejar a un lado. No importa si tienen que hacerlo en tu mueble favorito, posiblemente lo harán de todas formas.
Si no quieres que tu mascota destruya todos tus sillones, zapatos y cortinas, crea un espacio exclusivamente para él donde pueda limar sus uñas.
No necesariamente tienes que comprarlo, puedes hacerlo tú mismo con materiales sencillos que tengas en casa. La idea es que tenga varias opciones a su alcance y se olvide de los objetos de la casa.
Además de hacerse la manicura, los gatos también utilizan los rascadores para desestresarse y, a su vez, marcar territorio, por eso es tan importante como necesario que no le impidas rasguñar y mucho menos que lo reprendas por hacerlo.
2) Comer
Por último, pero no menos importante, hay que tener en cuenta la comida como uno de los placeres que más disfruta. Los gatos pueden comer sin tener hambre, de ahí que muchos sufran de sobrepeso a largo plazo.
Sin embargo, no son animales carroñeros, y tampoco consumen cualquier cosa. De hecho, son selectivos con lo que comen ya que su estómago no tolera bien muchos alimentos y se intoxican fácilmente.
Lo ideal es que intercales comida húmeda con la seca para que no se aburra, así como que introduzcas alimentos frescos como carne o pescado ocasionalmente.
1) El calorcito
Estar echados al sol es una de las actividades que más aman. A los gatos no les gusta el frío y se debe a que sus parientes eran animales que vivían en el desierto o en zonas áridas, como el caso del león.
Esa es la razón por la que si no tienen acceso al sol prefieren estar cerca de la calefacción, encima de la nevera o del televisor. Vigila que no corran peligro por la electricidad en esas áreas o por la temperatura que pueda causarle quemaduras.
Si el gato tiene acceso a un patio donde echarse a tomar sol, proporciónale una cama o una manta donde se pueda acostar. Si no es así, aparta un lugar cerca de la ventana donde al menos pueda disfrutar de los primeros rayos de luz de la mañana.