¿Cómo amansar gatos ariscos?

Los felinos no son conocidos por ser los animales más dulces y cariñosos, pero eso no significa que no puedan llegar a serlo. Tampoco significa que todos ellos sean agresivos o ariscos. 

Si nos vamos al caso específico de los gatos domésticos, algunas razas pueden ser más ariscas que otras. No obstante, con un poco de esfuerzo, paciencia y un buen entrenamiento, se puede lograr que se conviertan en mascotas más próximas y cariñosas. Empieza por aprender a domesticar a tu gato con la información que hemos recopilado en torno a este tema para ti. 

Conoce a tu mascota 

Lo primero que debes hacer es conocer muy bien a tu gato. El instinto animal siempre está latente, y aunque se puede modificar un poco cuando se domestican, siempre será algo con lo que tendrás que lidiar. 

Es necesario que sepas que los felinos son solitarios y territoriales, por lo que no siempre se van a llevar bien con el resto de los integrantes de la familia, ya sean otras mascotas o, incluso, otros humanos. 

En su relación con otros animales, siempre habrá una jerarquización, ya sea para el acceso a la comida o para el afecto del dueño. Para ellos, siempre habrá un animal dominante, y el gato tiende a querer serlo siempre. 

A propósito del afecto, los gatos no buscan constantemente cariño, por eso, son calificados de solitarios. No esperes que de un momento a otro salte a tus brazos para que lo beses o abraces. Recuerda que no es un perro. 

Aprende a identificar las señales de alerta 

El lenguaje corporal del gato puede darte ciertas señales de que está alterado o se siente amenazado. Aprende a reconocer estas señales para evitar que te muerda o te arañe. Estos son algunos de los signos a los que tendrás que estar atento: 

  • Orejas hacia atrás 
  • Pupilas dilatadas 
  • Espalda curva 
  • Pelo erizado 

Aléjate si tu gato presenta una de estas señales. Dale tiempo y espacio, e intenta acercarte después de un rato. 

¿Por qué mi gato es arisco? 

¿Te has percatado de que muchas veces tu gato te agrede después de que lo acaricies? ¿Todo estaba bien y de repente te atacó? Ello se debe a que muchas veces los humanos malinterpretamos el comportamiento de los felinos. 

Pongamos como ejemplo el encuentro con tu gato al llegar a casa: De inmediato él corre hacia ti cuando te ve, se pasea entre tus piernas, tú buscas devolverle el gesto de cariño y de repente recibes un zarpazo con sus garras.  

Te preguntarás ¿Qué pasó? La respuesta es sencilla, el gato no quería cariño, no te estaba dando la bienvenida, sólo estaba marcando su territorio. Al restregar su cuerpo contra el tuyo estaba tratando de borrar el olor que trajiste de la calle impregnándote del suyo. Así ellos dejan claro quién domina el espacio. 

Otra actitud que puede ser malinterpretada es la mirada. Cuando dos gatos se miran fijamente se están retando. Eso mismo piensa el gato cuando lo miras fijamente o más aún si le sonríes. Recuerda que mostrar los dientes en el mundo animal es una forma de agresión. Entonces, basándose en esa premisa, no está siendo arisco, es una actitud normal ya que él está pensado que  lo estás retando y responde con un ataque. 

Del mismo modo, las caricias sobre la cabeza y el lomo son tolerables por ellos hasta cierto punto. Los gatos poseen muchas terminaciones nerviosas en su cuerpo que hacen que huyan cuando se sienten incómodos con el exceso de tacto. Es su forma de decirte: márchate, ya es suficiente. 

Por otra parte, la actitud arisca no siempre es hacia los humanos, también puede ser arisco con otros animales, especialmente con otros gatos. Tómalo con calma, entre ellos necesitan establecer quién es el dominante. Cuando lo definan, se calmarán los ánimos. 

Sea cual sea la razón por la que tu gato se muestra distante, no olvides que es un animal cazador por naturaleza y por lo tanto tenderá a ser agresivo, es una cualidad innata e instintiva. Con paciencia podrás lograr que se adapte y que no te vea como una amenaza. 

Consejos para mejorar la agresividad en tu gato 

Ahora que ya conoces las razones por las cuales tu gato puede no ser el más cariñoso de todos, te mostramos, a continuación, una serie de consejos que puedes seguir para mejorar tu relación con él.  

1. Asegúrate de que tu gato esté sano 

Un animal que siente dolor será un animal agresivo. Si tu gato está distante, es posible que sienta algún tipo de dolor. Si sospechas que éste sea el caso de tu mascota, llévalo de inmediato al veterinario. 

2. Crea un entorno tranquilo 

Si tu gato está nervioso, no dejará que te acerques a él. Revisa el medio ambiente en el que se desenvuelve. 

Trata de crear un ambiente tranquilo, evita los ruidos fuertes o intenta que no haya muchas personas a su alrededor. Esto hará que se relaje y acepte tus mimos. 

3. No lo fuerces  

Si tu mascota está arisca, no trates de acercarte a él de repente ni mucho menos intentes alzarlo a la fuerza. Eso podría generarle ansiedad y atacarte. Recuerda que la naturaleza de los gatos es ser independientes y solitarios. Intentar amansar a un gato es una tarea ardua y larga que requiere de mucha paciencia por parte del dueño, sobre todo si se trata de gatos rescatados o salvajes. 

4. Refuerza el comportamiento positivo 

Cuando el gato no quiere acercarse a ti, no fuerces el encuentro, trata de que él lo haga cuando le parezca. 

Para eso, echa mano de los juguetes o de golosinas para gatos, así él te asociará con las cosas buenas y querrá ir hacia ti cuando te vea. 

Nunca trates de acechar a un gato salvaje o callejero pues te tendrá miedo y será muy difícil que logre acercarse a ti más adelante. Mientras más placentera sea la experiencia a tu lado, los resultados serán mejores y más duraderos. 

5. Mantén la calma 

Por lo general, los gatos ariscos se tornan agresivos, por eso, para evitar accidentes, mantén la distancia. 

Si el gato no quiere acceder a tus caricias, no lo regañes, no le grites o causarás el efecto contrario a lo que deseas. 

Debes saber que los gatos que han sido domesticados y luego fueron a parar a la calle son más llevaderos que los gatos que nunca han vivido con humanos, pero ambos llevan tiempo para que se acoplen. 

Por otra parte, una experiencia previa negativa en tu mascota puede hacer que el proceso de adaptación tarde más de lo normal o que incluso no se dé nunca. 

6. Utiliza ayuda externa 

Puedes ayudar a que tu gato sea más dócil con un poco de ayuda externa. La misma técnica que aplica las Flores de Bach en los humanos, puede ser eficiente en los animales. Los beneficios van desde la relajación, una mejora en el apetito, estímulo de sueño, entre muchos otros. Pregúntale a tu veterinario qué estímulos puedes proporcionarle a tu mascota dependiendo de la raza. 

También hay feromonas sintéticas que pueden hacer que tu gato se calme. Vienen en presentación aerosol o difusor eléctrico y puedes pulverizarlas por los rincones de la casa para que el gato se sienta más a gusto en el hogar. En cualquier caso, antes de utilizar productos artificiales recomendamos consultar con el veterinario. 

Ahora es momento de establecer contacto 

Cuando ya has intentado todas nuestras recomendaciones, reconociste las señales de alerta, creaste un ambiente agradable y el gato se muestra relajado, puedes intentar acercarte más a tu mascota. 

  1. La primera vez que te acerques, asegúrate de llevar ropa cómoda y que te cubra en las partes expuestas, en caso de que seas atacado. 
  2. Acarícialo con una cuchara larga que permita respetar un espacio entre ambos 
  3. Si ha aceptado la caricia con la cuchara, hazlo ahora con las manos, encima de la cabeza y hombros. 
  4. Intenta cogerlo con una toalla o manta. Si se escapa no intentes ir detrás de él. 
  5. Tómalo con calma si no se ha dejado coger. Inténtalo de nuevo en otro momento. 

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