Mi gato está muy delgado ¿Qué le ocurre? ¿Qué puedo hacer?

Las dudas sobre el peso saludable de nuestras mascotas son muy comunes entre los que convivimos con animales. Saber si le estamos proporcionando una dieta saludable, si está haciendo suficiente ejercicio y si está sano son algunas de las incógnitas más frecuentes. 

En el caso de los gatos, es posible que bajen de peso de un momento a otro aun cuando estén comiendo la cantidad suficiente. De todas formas, la pérdida de peso sin motivo aparente por lo general es una señal de alarma.  

Si quieres saber por qué ocurre este fenómeno, te lo contamos a continuación. 

¿Cómo saber si mi gato está muy delgado? 

Algunos síntomas de infrapeso se pueden notar a simple vista y otros no tanto, sobre todo porque los gatos que son expertos camuflando las enfermedades.  

Aquí te mostramos algunas pistas para que puedas detectarlo antes de que sea demasiado tarde: 

  • Se le pueden ver las costillas y cuando lo tocas no notas músculo ni grasa alrededor 
  • Sobresalen los huesos de la base de la cola 
  • Si miras al gato desde arriba, se pueden apreciar los huesos de la columna vertebral, al igual que los de la cadera. 

¿Cuál es el promedio de peso de un gato doméstico? 

Los gatos viven alrededor de unos 16 años y ya para su adultez deberían pesar entre 3,6 y 4,5 kilogramos. Menos de eso se considera infrapeso y más significa obesidad. Y es que, al tener un cuerpo tan pequeño, tanto el exceso cómo la poca grasa les hace daño. 

Sin embargo, la raza tiene mucho que ver y la tabla varía. A continuación, verás el rango del peso adecuado en algunas razas que, de hecho, es muy amplio: 

  • Bosque de Noruega: 3-9 Kg 
  • Común europeo: 3.6-4,5 kg 
  • Persa: 3-5,5 Kg 
  • Siamés: 2-4,5 Kg 
  • Maine Coon: 4,5-11 kg 

Causas de la pérdida de peso en los gatos 

No te alarmes. No todas las causas de la pérdida de peso tienen que ver con una enfermedad. Fíjate en la siguiente lista: 

  • Está gastando mucha energía: Puede que el aporte calórico de su comida no sea suficiente ya que gaste más energía que la que consume. Es posible que haciendo un ajuste en las raciones puedas notar una mejoría en el peso casi de inmediato. 
  • Está estresado: los gatos son animales muy nerviosos y que somatizan sus emociones. Si tu felino está pasando por un momento que le esté causando incomodidad, es posible que haya dejado de comer por causa del estrés. Sucede en gatos ancianos que reciben visitas constantes de niños, mudanzas, muerte de algún miembro de la familia, entre otras causas. 
  • No le gusta la comida: si le has cambiado la alimentación, cabe la posibilidad de que la esté evitando mientras se adapta. Tal vez la nueva comida le esté sentando mal o le cueste digerirla. Ocurre frecuentemente cuando cambiamos de pienso a comida casera ya que, por lo general, queremos que la coman al instante y no a lo largo del día como con el pienso. 
  • No puede llegar al comedero: es posible que algo le esté impidiendo llegar al plato de comida. Tal vez se trate de un perro, un niño que lo persigue, visitas constantes, otro gato compitiendo por el espacio, entre otras causas. Esta es una de las causas más comunes que pasan desapercibidas. 

¿Un gato delgado es un gato enfermo? 

Aunque ya hemos aclarado que no todos los casos son motivados a enfermedades, en muchos otros la respuesta es sí, aunque la última palabra la tiene el veterinario.  

El médico es la persona indicada para saber cuál es el peso ideal de un animal, basándose en la edad, raza y tamaño. 

Siempre se habla del sobrepeso en los gatos, pero muy pocos saben que la extrema delgadez también es causa y consecuencia de enfermedades. Además, la pérdida de peso siempre ocurre antes de que otros síntomas más graves aparezcan, por ello, cuanto antes se trate el problema, más pronto se encontrará la solución. 

Si un gato pierde el 10 por ciento de su peso en pocos días, estás ante un problema que no debes dejar pasar por alto. Estos cambios se dan por lo general alrededor de los 6 años. 

Algunas de los padecimientos que pueden causar pérdida de peso en los gatos son: 

  • Diabetes: se da en gatos que solían tener sobrepeso y que por el exceso de orina comienzan a perder peso al deshacerse de masa muscular. 
  • Hipertiroidismo: se diagnostica palpando la glándula tiroides con la mano. Se aprecia agrandada al tacto. Al alterarse la función metabólica, el gato está más activo y come más que antes, pero aun así adelgaza. 
  • Problemas digestivos que le quiten el apetito ya que vienen acompañados de diarrea, proliferación bacteriana, mala absorción de nutrientes, insuficiencia pancreática o dolor. 
  • Cáncer y tumores que en ocasiones se observan sobre la piel, pero otros no son tan evidentes como en el tórax o abdomen. De ahí la importancia de acariciarlo a menudo ya que, al tocarlo constantemente, podrás notar cualquier bulto antes de que sea muy tarde. 
  • Problemas renales: al principio pasan desapercibidos ya que la única señal que da el felino es la sed excesiva, lo cual no suele llamar la atención de los dueños. 
  • Problemas dentales por falta de piezas o infecciones en la encía, sarro, gingivitis que le causan dolor al comer 
  • Parásitos intestinales que causan inflamación intestinal, que a la larga van engrosando la pared intestinal, impidiendo que el cuerpo absorba los nutrientes. 

¿Qué hacer si tu gato está perdiendo peso? 

Lo primero que debes hacer es evaluar los síntomas. Luego, analiza el entorno para reconocer posibles causas. Acude también al veterinario. 

Lo más probable es que el médico te sugiera un cambio en la dieta que incluya comida húmeda y golosinas, pero antes, deberá hacerle análisis de sangre y de orina para confirmar el diagnóstico y así dar paso al tratamiento adecuado. 

Si notas que tu gato es muy activo, corre, salta y duerme poco, aumenta la ración y el valor nutricional de cada comida. 

Si ves que sus encías están inflamadas, tómale una foto y envíasela al veterinario. 

En el caso de que esté deprimido, dedícale tiempo. Aunque los gatos sean animales solitarios, no quiere decir que no necesiten atención. 

Usualmente, los gatitos más jóvenes son más activos que los ancianos por lo que suelen ser más delgados. Lo mismo ocurre con los gatos que no han sido castrados. Por lo general engordan después de la intervención, pero todo depende de la raza. Si tienes dudas, consulta con tu veterinario para que te dé especificaciones sobre la morfología de esa raza en particular. 

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