Los gatos, del mismo modo que las personas, pueden sufrir enfermedades que pueden curarse o controlarse mediante la ingesta de algún medicamento. Cuando el veterinario te ha recetado algún medicamento para tu gato, es muy importante que sigas sus instrucciones y, por mucho que sea difícil, te asegures de que tu gato traga la pastilla o el medicamento prescrito.
La dificultad de suministrar uno u otro medicamento a un gato dependerá, en gran medida, del tipo de medicamento de que se trate. Si ya has tenido experiencias anteriores suministrándole pastillas a tu gato y no tienes muy buen recuerdo, siempre puedes preguntarle a tu veterinario si el medicamento que te está proponiendo se comercializa también en gel o pomada. En estos casos, el veterinario estudiará la situación concreta de tu gato y es posible que te permita utilizar las alternativas del gel o la crema. Existen geles y cremas que se suministran, por ejemplo, en las orejas de los gatos y que tienen el mismo efecto que una pastilla.
De todos modos, muchos medicamentos únicamente existen en forma de pastilla. En estos casos, deberás asegurarte de que tu gato traga la pastilla, para que pueda seguirse el tratamiento prescrito y controlar o eliminar la enfermedad.
Darle una pastilla a tu gato puede ser una tarea muy complicada, especialmente al cabo de unos días de haber iniciado el tratamiento, cuando muchos gatos se oponen a tomar más la pastilla o se muestran reacios a ingerirla. El gato ya sabe que le toca ingerir la pastilla y la rechaza con todas sus fuerzas. Esto puede ser tan incómodo para ti como para tu gato, ya que tú sabes que esa pastilla es necesaria para su cura. A continuación, verás algunos consejos que te enumeramos para que esta tarea sea lo menos desagradable posible.
Cómo sujetar a tu gato: utiliza algunos recursos caseros
Una de las partes más difíciles de suministrar píldoras a tu gato es que tienes que sujetarle todo el cuerpo y forzarle a que se quede inmóvil. Una vez consigues esto, tienes que introducirle la pastilla a la boca.
Intentar sujetar a un gato no es nada fácil. Puede ser que intente arañarte, saltar o incluso, si se ponen muy nerviosos, morderte o escapar de cualquier modo. Dependiendo de las razas y del carácter del animal, algunas veces es más fácil retener a un perro que a un gato.
Uno de los consejos que te proponemos es intentar sujetar a tu gato utilizando una toalla. Prueba de envolver a tu gato en una toalla de modo que se tenga que quedar inmóvil, dejando su cabeza libre. Una vez la cabeza asoma la toalla y el gato está quieto dentro de la toalla, te será más fácil abrirle la boca e introducirle la pastilla. Puedes apoyar a tu gato cubierto con la toalla contra tu cuerpo, para mantenerle inmóvil y dejarte una mano libre para introducir la pastilla.
Cómo abrirle la boca a un gato. ¿Qué recursos puedes usar?
Una vez el gato esté inmóvil, evidentemente deberás abrirle la boca para poder introducir la pastilla (o el líquido, dependiendo del tipo de medicamento). Posiblemente tu gato no abrirá la boca por sí mismo, por lo que habrá que forzarle a hacerlo.
Cualquier movimiento con un gato (y con cualquier animal) debe hacerse de forma suave, para no dañarlos ni ponerlos aun más nerviosos. Abre con suavidad la mandíbula inferior del gato y, una vez la boca esté abierta, introduce la píldora en la parte del fondo de la boca. La mejor posición para la pastilla es encima de la lengua y, concretamente, en el tercio posterior de la misma. Al colocar la pastilla ahí, el gato reaccionará tragándosela.
Tendrás que estar al tanto para asegurarte de que tu gato se ha tragado la pastilla. Mientras esperas, trátalo con suavidad y acarícialo, para que no se ponga nervioso ni desarrolle miedos innecesarios. Ten en cuenta que puede ser que al girarte tu gato escupa la pastilla, por lo que hay que estar un buen rato vigilándole de cerca para cerciorarse de que efectivamente ha ingerido el medicamento.
Una vez hayas terminado el proceso, puedes darle una chuche de gatos o cualquier otro premio, siempre que tu veterinario no te lo haya contraindicado.
Existen también algunos instrumentos que pueden ayudarte a suministrarle la pastilla a tu gato. Estas herramientas pueden ser jeringas o otros tiradores que te servirán para colocar la pastilla en el lugar más adecuado dentro de la boca de tu gato. Puedes encontrar estas jeringas en tiendas de mascotas o también puede ser que tu veterinario pueda suministrártelas.
Este tipo de herramientas suelen tener una boquilla alargada que favorece la expulsión de la pastilla en el fondo de la boca de tu animal doméstico. Esta boquilla está hecha de un material suave (posiblemente de goma) para que no pueda dañar a tu gato. Generalmente, deberás colocar la pastilla en el otro extremo de la jeringa y apretar un botón o acompañar un asa específico para que la pastilla salga disparada por la boquilla. De todas formas, algunas herramientas pueden tener alguna especificidad, por lo que hay que leer detenidamente las instrucciones y seguir las indicaciones del experto que te facilite la herramienta.
Otra herramienta para suministrar pastillas: Pill pocket
Las Pill Pocket traducido literalmente como “bolsillo de pastilla” es otro recurso que podrás encontrar en el mercado y que te puede ser útil para suministrarle el medicamento a tu gato.
Consiste en una golosina o premio que lleva un agujero en medio para colocar la pastilla. De este modo, tu le darás la chuche para que tu gato se la coma y dentro estará la pastilla, con lo que ingerirá ambos productos.
Además, el centro de la golosina donde se coloca la pastilla tiene un sabor que perciben los gatos y que elimina el gusto de la pastilla, por lo que no suelen ser conscientes de que están ingiriendo también el medicamento.
Estas golosinas suelen ser agradables para los gatos. De todas formas, esta herramienta tiene algunos inconvenientes como, por ejemplo, que tu gato puede acabar aborreciendo estas golosinas y terminar rechazándolas. Además, dependiendo de la composición nutricional de la golosina, puede no ser conveniente suministrarle demasiadas pill pockets a tu gato, ya que podría desencadenar otro tipo de consecuencias negativas a su salud. Por todo ello, lo adecuado es consultar con tu veterinario cualquier recurso que quiera utilizarse.
Otra alternativa más casera es envolver la pastilla de un alimento que le guste especialmente a tu gato como, por ejemplo, introducir la pastilla dentro de un trozo de queso que sepas que se va a comer muy a gusto.