¿Cómo cuidar a una gata y a sus crías?

Los gatos recién nacidos pueden descongelar hasta el corazón más frío. Son una verdadera fuente de ternura ver a esas pequeñas bolas peludas durante sus primeros días de vida. 

Pero, si eres el dueño de una gata preñada, serán muchas las inquietudes que vendrán a tu mente antes de que te invada la candidez de los cachorros. Por ejemplo, ¿qué sucede con la madre durante ese período? ¿Hay algunos cuidados especiales para los gatitos? Leyendo el texto que hemos preparado para ti a continuación podrás resolver estas dudas y muchas otras que hemos recibidos de otros usuarios. 

Cuidados especiales 

Debes tener en cuenta que la naturaleza es muy sabia y la gata sabe exactamente lo que debe hacer con sus crías, así que no te dejes llevar por la angustia. Además, las gatas destacan por ser muy celosas y quieren hacerse cargo de sus hijos ellas solas. 

La principal labor de los humanos cuidadores es hacerle el trabajo más cómodo a la madre. 

Lo primero que debes hacer es brindarle un espacio confortable, seguro y limpio a la gata. Debe estar en un lugar tranquilo, lejos del resto de los habitantes de la casa. Puedes escoger el baño de visitas o un armario que no uses con regularidad. Con que sea un lugar abierto y ventilado es suficiente. 

No es necesario estar siempre junto a la madre, sólo debes verificar que todo esté bien durante y después del parto. Lo importante es que la gata pueda entrar y salir del lugar cuando lo desee. 

Un detalle que tienes que saber es que no se debe coger ni tocar a las crías mientras están lactando. Las gatas suelen ser sobreprotectoras y de seguro tendrás problemas si intentas acariciarlos. Por otra parte, las crías recién nacidas son muy frágiles y cualquier manipulación brusca puede hacerles daño, así que lo mejor será no tocarlos. 

La cuna ideal 

Tu trabajo más laborioso será crear un espacio con el cobijo suficiente para hacer sentir a gusto a la madre y a sus crías. Deberás prepararlo antes de que dé a luz. 

Puedes utilizar una caja o una cesta de mimbre lo suficientemente amplia para que quepa la gata acostada y sus hijos. Los bordes deben ser acolchados, sin filos y lo suficientemente altos como para que los gatitos no puedan caerse. 

Dentro coloca alguna manta o cobija que sirva de colchón. Recuerda que durante el parto se ensuciará con fluidos y sangre y que seguramente tendrás que desecharla. 

Cerca de la caja, coloca todo lo que la madre necesite como agua, comida y caja de arena, así no tendrá que alejarse de los cachorros por mucho tiempo. 

Visitas al médico 

Durante el embarazo, la gata deberá ser chequeada por el veterinario al menos una vez para corroborar que todo va bien. 

Si estuviste vigilante durante el parto, revisa que las placentas estén completas (una por cada gatito). Puede que la gata se las coma, pero lo importante es que ninguna haya quedado dentro del vientre o de lo contrario, desarrollará una infección grave. 

Después del parto, comprueba la temperatura de la gata (ronda los 40°), así podrás saber si todo va sobre ruedas. 

La nueva camada deberá visitar al veterinario luego del destete para que les coloque sus respectivas vacunas y los desparasite. 

Alimentos saludables 

La dieta de la gata recién parida debe ser lo más saludable y balanceada posible. Al igual que cualquier madre, las gatas necesitan reponer los fluidos y calorías que han perdido durante el parto, así como también durante la lactancia. 

Los médicos veterinarios recomiendan que le ofrezcas a la futura madre comida para cachorros un par de semanas antes de dar a luz y varias semanas después, ya que tiene más nutrientes que la tradicional comida para adultos. 

Complementa la comida con pollo o pescado 3 veces a la semana. No olvides colocar suficiente agua fresca cerca pues la hidratación es muy importante para la producción de leche.  

No te preocupes si la gata no quiere comer después del parto, es normal que pierda el apetito, poco a poco lo recobrará y querrá comer mucho más que antes de quedar preñada. 

Con respecto a los gatitos, con la lactancia materna será suficiente, de ahí la importancia de la buena alimentación de la madre, para garantizar una leche óptima que brinde los nutrientes esenciales para la sobrevivencia de la camada. 

Nunca le ofrezcas leche de vaca o de otro mamífero ni a la madre ni a las crías.  Podrías generarle graves consecuencias gastrointestinales que podrían desencadenar hechos fatales. 

El tiempo de lactancia durará unos dos meses, luego los cachorros estarán listos para comenzar a ingerir sólidos y abandonar la teta de la madre. Luego del destete, los cachorros deberán consumir sólo comida para gatos. Consulta con tu veterinario para verificar que la marca que hayas escogido cumpla con las necesidades nutricionales de los nuevos miembros de la familia. 

Comportamiento normal 

La naturaleza le da las indicaciones a cada madre sobre cómo hacer para que sus hijos sobrevivan. Es un instinto que no debemos entorpecer a menos que notemos que el recién nacido corre riesgos. 

Por ejemplo, al nacer, la gata lamerá la cara del cachorro para limpiar los restos del saco amniótico. 

Durante la primera semana después del parto, es posible que la gata expulse un fluido color marrón rojizo, pero deberás llevarla al médico si ese flujo huele mal, parece sangre o dura más de una semana. 

Es normal que la gata se muestre agresiva los primeros días. Para ella, sus cachorros serán su prioridad y tratará de defenderlos de cualquiera que se les acerque, ya sea un amoroso dueño o el resto de los animales de la casa. 

Comportamiento anormal 

Mantente atento si tu gata comienza a comportarse de esta manera: 

1) La gata rechaza a sus crías 

Cuando esto sucede (por lo general el rechazo es hacia uno de los recién nacidos) los dueños deberán suplir el papel de la gata y darle los cuidados necesarios a la cría. 

Esto ocurre si el gatito es el más pequeño de la camada, nació enfermo o con una malformación física. Para la gata, el pequeñín tiene pocas probabilidades de sobrevivir y prefiere concentrarse en el resto de los cachorros. 

Puede pasar que la gata, gracias a la inexperiencia, no sepa cómo reaccionar ante los recién nacidos. En este caso, deberás enseñarle poco a poco cómo tratarlos hasta que ella lo asimile. 

Otra de las razones del rechazo es que el instinto materno falle, sobre todo en caso de cesáreas, ya que la gata no es consciente de que ha parido y no reconoce a los pequeños como sus hijos.  

2) La madre está enferma 

Si la gata no se siente en condiciones de atender a sus cachorros no lo hará. Es una manera de preservarlos de un contagio ante una posible enfermedad. Pero en el proceso, los cachorros pueden sufrir de desnutrición por fallas en la lactancia. 

En este caso, comunícate con el veterinario para que te oriente en la mejor manera de alimentarlos mientras la madre se recupera. 

3) Cambia de lugar constantemente 

Las gatas suelen trasladar a sus gatitos a otro lugar con el fin de esconderlos de posibles atacantes o de engañar a los depredadores. Por lo general, esta actitud es típica de las madres primerizas que no saben cómo cuidar a sus crías. 

Si notas que la gata está moviendo a los gatitos muy seguido, trata de reducir el contacto al mínimo para que la madre se sienta cómoda y se deshaga de la idea de que sus hijos están en peligro. 

4) No limpia a los gatitos 

Cómo te mencionamos anteriormente, la gata de encarga de limpiar a cada cachorro de los restos de placenta que hayan quedado en su cuerpo. Esto también ayuda a estimular la circulación en el pequeño, funcionando como un pequeño masaje. 

Sin embargo, el instinto puede fallar y en ese momento, deberás acudir al rescate de los felinos. Con un paño húmedo y suave, limpia con mucho cuidado los ojos y la boca de cada cachorro y dale un tiempo para que la madre continúe con el trabajo. 

5) La gata maúlla mucho 

Si notas que la madre está maullando mucho, debes acudir al médico para que la revise. Es posible que esté sintiendo dolor o que algo haya salido mal con el alumbramiento. 

¿Cuándo llamar al veterinario? 

Aunque te hayamos descrito algunos comportamientos anormales en la gata, hay otras razones que deben llamar tu atención para que acudas al veterinario: 

  • Sangrado vaginal. Te hemos contado que expulsa un fluido por la vagina, pero en ningún momento debe ser sangre  
  • Movimientos torpes o contracciones musculares involuntarias. 
  • La madre o los cachorros no quieren comer 
  • La gata vomita 
  • No expulsó todas las placentas o algún gatito quedó atascado en el canal de parto. 
  • El parto está durando más de 24 horas 
  • Otra razón para llamar a tu veterinario es si la gata presenta pezones rojos o hinchados, lo cual es sinónimo de infección o mastitis. 

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